DPV: La clave para anticiparte al estrés y proteger la salud de tus cultivos

Actúa con datos: entiende el clima, protege tu cultivo

Saber interpretar el clima no es solo para meteorólogos. El DPV te permite “escuchar” lo que tus plantas necesitan para crecer sanas y sin estrés.
Descubre cómo leerlo y por qué puede marcar la diferencia en tus decisiones diarias.

🤔 ¿Qué es el DPV?

El Déficit de Presión de Vapor (DPV) es la cantidad de agua que una planta libera al ambiente mediante la transpiración. Relaciona temperatura ambiente y humedad relativa, y se expresa en hectopascales (hPa) o kilopascales (kPa). Es crucial para equilibrar el bienestar de tus cultivos, ya que refleja el clima interno que las plantas “viven”. 🌡️💧

🔍 Ampliando el concepto del DPV

Cuando el sol aparece ☀️ las hojas se calientan, el agua interna se transforma en vapor y la planta necesita transpirar para regular su temperatura. Para ello, abre sus estomas y comienza a “sudar”, liberando vapor de agua al ambiente y bebiendo más agua del suelo. Si la temperatura es alta y la humedad relativa baja, la planta transpira más, pero si el estrés es excesivo, cierra los estomas para protegerse, entrando en un estado de pausa fisiológica.

Este mecanismo tiene consecuencias directas: menos absorción de nutrientes, menor crecimiento, e incluso puede provocar fisiopatías como el blossom end rot (mancha negra), asociada a desequilibrios en el transporte de calcio. La lectura del DPV permite actuar antes de que aparezcan estos síntomas. 🌱


🌞 ¿Por qué el verano exprime el DPV bajo plástico?

Durante los meses más calurosos, el invernadero se convierte en una auténtica caja de resonancia climática: la radiación solar entra, se acumula, y la renovación de aire es mínima.
Este ambiente cerrado y saturado genera un microclima con oscilaciones extremas que afectan directamente al Déficit de Presión de Vapor (DPV):

  • 🌙 Madrugada → Humedad relativa del 90 % y DPV ≈ 0 kPa: no hay transpiración, pero aumenta el riesgo de condensación y enfermedades fúngicas.
  • ☀️ Mediodía → Temperatura de 40 °C, HR del 50 %, y DPV > 3,5 kPa: la planta transpira al máximo; si no tiene suficiente agua disponible o la absorción es lenta, entra en estrés hídrico.
  • 🌇 Tarde → Disminuyen la temperatura y la radiación; el DPV cae y la planta comienza a recuperarse… si todavía queda agua accesible en el suelo.

La clave no es alcanzar un DPV perfecto durante todo el día —eso es prácticamente imposible en verano— sino evitar los picos extremos que fuerzan a la planta a cerrar sus estomas, interrumpiendo su actividad fisiológica y afectando directamente al rendimiento final.


🚦 Semáforo del DPV: el lenguaje visual del estrés hídrico

En los meses de calor, las plantas no gritan, pero el DPV sí. Esta herramienta se convierte en una alerta visual que te permite anticiparte a cualquier amenaza.
El DPV no es solo un número en una gráfica: es la voz de tus plantas. Leerlo correctamente te permite saber si están cómodas, sedientas o al límite. Durante el verano, especialmente en cultivos bajo plástico, los cambios en DPV pueden ser muy bruscos y suceder en cuestión de minutos. Por eso, es clave entender cada zona del “semáforo” y saber cómo actuar en cada caso.

Cada rango de valores refleja un estado fisiológico distinto, y actuar según esa “luz” marca la diferencia entre un cultivo saludable y uno frenado por el estrés:

ColorRango (kPa)Estado del cultivoQué debes hacer
🔵 Azul0–1,2Hoja saturada; riesgo de hongos más que de sedVentilación suave
🟢 Verde1,2–2,2Estomas abiertos, fotosíntesis y absorción óptimasMantener condiciones
🟡 Amarillo2,2–3,5Alta demanda de agua; aún aguantaRiegos más frecuentes, sombra parcial
🔴 Rojo> 3,5Cierre estomático, riesgo de marchitezNebulización, sombreo y ventilación urgente

💡 En verano, la zona amarilla aparece todos los días, y la roja no perdona si la ventilación o el riego se quedan cortos.
Tener este “semáforo” encendido y a la vista es como tener una conversación continua con tus plantas. Solo hay que saber interpretar lo que te están diciendo.


📍DPV en verano: interpreta las señales antes de que sea tarde

En verano, los valores del DPV pueden cambiar drásticamente en cuestión de minutos. A las 11:00 estás en zona verde y, sin apenas darte cuenta, pasas a rojo a las 13:00. No basta con mirar el dato una vez al día: hay que anticiparse.

Estas son algunas señales clave que debes leer con atención:

  • Picos por encima de 3,5 kPa → activan el estrés hídrico. Si coinciden con una baja humedad del suelo, la planta cierra estomas y frena su crecimiento.
  • DPV por debajo de 0,5 kPa al anochecer → indica exceso de humedad en el ambiente. Peligro de hongos, especialmente Botrytis.
  • Variaciones bruscas de más de 1,5 kPa en una hora → alerta de falta de amortiguación climática: ventilación, sombreo o nebulización están fallando.

⚠️ DPV > 3,5 kPa → Señal de estrés hídrico.
👉 Si coincide con baja humedad en el suelo → cierre estomático y freno del crecimiento.

💧 DPV < 0,5 kPa al anochecer → exceso de humedad ambiental.
👉 Peligro de hongos, especialmente Botrytis.

🌪️ Variaciones bruscas > 1,5 kPa en una hora → alerta de falta de amortiguación climática.
👉 Ventilación, sombreo o nebulización están fallando.

💡 En verano, la zona amarilla aparece todos los días, y la roja no perdona si la ventilación o el riego se quedan cortos. Tener este “semáforo” encendido y a la vista es como tener una conversación continua con tus plantas. Solo hay que saber interpretar lo que te están diciendo.


📏 Mide donde realmente importa

El valor del DPV solo es útil si está bien medido. En verano, la distribución de temperatura y humedad dentro del invernadero puede cambiar drásticamente según la altura, la orientación o la presencia de equipos como ventiladores o nebulizadores. Por eso, colocar correctamente los sensores es tan importante como tenerlos.

🎯 ¿Dónde medir?


Ubica la sonda combinada de temperatura y humedad justo a la altura del follaje. Es ahí donde transpira la planta y se genera el verdadero microclima que le afecta. Tomar el dato a tres metros del suelo en cultivos bajos puede darte una falsa lectura: tu cultivo puede estar sufriendo y tú sin enterarte.

📏 ¿Cuántas sondas necesitas?


La regla general: una sonda por cada 1.000 m².
Pero si en tu invernadero hay zonas con sombra, techos móviles, diferencias de altura, o puntos con ventilación o nebulización localizada, añade una segunda sonda para detectar los microclimas. No hay un único DPV en todo el invernadero.

⏱️ ¿Cada cuánto registrar?


Cada 5 minutos. El estrés hídrico no avisa con antelación, y un pico puede generarse en menos de media hora. Esta frecuencia te permite detectar y corregir antes de que la planta entre en pausa fisiológica o pierda rendimiento.

🔔 ¿Y las alarmas?


Conecta las sondas a la app IKOS y configura alertas personalizadas que te avisen cuando el clima se desmadre. Por ejemplo:

  • 📉 DPV < 0,5 kPa (de noche) → activa ventilación mínima + 1 °C de calor para evitar condensación y hongos.
  • 📈 DPV > 3 kPalanza sombreo y nebulización para reducir el estrés térmico y evitar el cierre estomático.

💡 Tener los sensores en el lugar correcto y bien configurados convierte el DPV en una herramienta de acción, no solo en un número en pantalla. No se trata de medir más, sino de medir mejor.


🌈 ¿Qué significan las franjas de color?

🚨 Precisión ante el estrés: cómo actuar cuando el DPV se dispara
Durante las horas centrales del día —especialmente entre las 12:00 y las 17:00— el DPV puede alcanzar niveles críticos, por encima de los 3,5 kPa. Es en estos momentos cuando se dispara el riesgo de cierre estomático, marchitez y parada fisiológica. Para anticiparte y amortiguar estos efectos, necesitas una combinación precisa de microclima, riego y nutrición.

🌫️ Nebulización inteligente
Activa el sistema cuando el DPV supere 0,8 kPa. Este umbral puede parecer bajo, pero anticiparte es la clave. Con los sistemas de nebulización de alta frecuencia de IKOS, puedes reducir hasta 1 kPa sin empapar el cultivo. Baja la temperatura de la hoja y estabiliza la transpiración sin frenar la fotosíntesis.

🌗 Sombreo dinámico o blanqueo
Reducir la radiación entre un 20 % y un 40 % en las horas más duras puede marcar la diferencia. Estas estrategias limitan el pico de DPV sin generar un ambiente demasiado húmedo. Ideal para mantener la planta activa sin someterla a un estrés excesivo.

💨 Ventilación combinada y programable
Abrir los laterales y la cumbrera antes de que el DPV alcance los 2 kPa es una de las maniobras más eficaces para renovar el aire caliente y húmedo acumulado. Esto puede hacerse de forma manual, pero también puedes automatizarlo con IKOS Connect: programa desde la app cuándo y cómo se abren las ventanas, en función del DPV, la temperatura o la hora del día.
Además, puedes diseñar alarmas personalizadas en la app IKOS para que el sistema reaccione automáticamente cuando se superen ciertos umbrales. Así evitas depender de la intervención humana y garantizas una ventilación eficaz justo cuando más se necesita.
Una ventilación bien gestionada no solo baja el DPV en minutos, también evita zonas calientes dentro del invernadero, reduce el riesgo de estrés térmico y mantiene la planta activa en pleno mediodía.

💧 Riego por pulsos cortos y frecuentes
En lugar de un gran riego, aplica múltiples pulsos de 10 a 30 segundos entre las 11:00 y las 17:00. Esto asegura disponibilidad de agua continua sin encharcar el sustrato. Usa tensiómetros IKOS para mantener el nivel de humedad entre 15 y 25 kPa de tensión en suelo o sustrato.

🍅 Nutrición adaptada al DPV
Aplica calcio por la mañana, cuando los estomas están abiertos y el DPV es más bajo: así mejoras su absorción. Si los picos de DPV se mantienen, ajusta la relación Ca/K aumentando el calcio para prevenir fisiopatías como el blossom-end rot (mancha negra).

💡 ¿Y si pudieras automatizar cada respuesta antes de que llegue el estrés?
Conecta sensores, sombreo, ventilación y otros sistemas de control climático a través de Connect y gestiona todo desde la app de IKOS. Así podrás crear alarmas personalizadas y respuestas automáticas que se anticipan al estrés hídrico antes de que afecte a tus plantas.


✅ Beneficios tangibles del control del DPV en verano

✔️ +10-15 % de rendimiento al evitar las paradas de crecimiento provocadas por el cierre estomático.

✔️ Menos fisiopatías, como el blossom-end rot (mancha negra), gracias a una mejor absorción de calcio y potasio en la “zona verde” del DPV.

✔️ Reducción de mermas por marchitez durante los días de ola de calor, al mantener un equilibrio hídrico más estable.

✔️ Menor presión de hongos, especialmente Botrytis, al controlar la humedad relativa nocturna y evitar el DPV cero en la madrugada.

💡 El DPV no solo te dice cómo están tus plantas: te permite adelantarte al estrés antes de que ocurra. Dominarlo en verano es convertir la amenaza climática en una oportunidad para ganar en producción, calidad y sanidad.


🧭 Conclusión: el DPV como brújula del cultivo en verano

El DPV no es un dato más: es la voz silenciosa con la que tus plantas te avisan de lo que necesitan. En verano, esa voz sube el volumen: los extremos térmicos y la humedad relativa variable convierten cada hora en un posible punto de inflexión. Pero con datos fiables, automatización inteligente y decisiones basadas en ciencia agronómica, el estrés hídrico deja de ser una amenaza imprevisible.

Mantener el DPV entre 1,2 y 2,2 kPa durante el mayor tiempo posible transforma tu invernadero en una máquina eficiente de producción. Cada punto de humedad, cada sombra activada a tiempo, cada pulso de riego bien dirigido, se convierte en kilos, calibre y sanidad.

💡 Escuchar al DPV es escuchar a tus plantas. Y en verano, hacerles caso es sinónimo de rentabilidad.


📣 Convierte datos en decisiones: déjate guiar por el DPV

Ahora ya sabes que el DPV es mucho más que un dato técnico: es el pulso diario de tu cultivo. Ignorarlo cuesta rendimiento, calidad y dinero. Entenderlo y gestionarlo te da ventaja competitiva.

En IKOS llevamos años ayudando a productores como tú a interpretar el clima de forma práctica y rentable. Con nuestras soluciones —desde sensores precisos hasta sistemas de automatización con Connect— puedes anticiparte al estrés, evitar pérdidas y cultivar con precisión.

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Tu cultivo habla. Con IKOS, tú entiendes cada palabra.

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